Lo que no te debes perder de la Feria de Albacete
Como cada 7 de septiembre Albacete se abre a 10 días de fiesta ininterrumpida con los que poner un broche de oro al verano y dar paso a un nuevo curso. Aquí te detallamos los momentos y lugares más sublimes de la feria por excelencia. Viva la Feria

Si algo tiene la Feria de Albacete es que te atrapa a través de los sentidos. Uno cierra los ojos y ya está oliendo las gambas, escuchando a los niños alrededor de las atracciones o la muchedumbre acudiendo a los toros, paladeando los miguelitos o tocando el lleno absoluto en los círculos centrales. Después de unas cuantas ferias a nuestras espaldas (todas las existentes desde nuestro nacimiento y porque no se puede pedir un adelanto de las demás…) nos hemos permitido elaborar un listado de elementos y ubicaciones que no debe obviar un buen amante de la Feria de Albacete.
- La cabalgata. Pistoletazo de salida por antonomasia. Vamos a empezar por lo primero. Dejando a un lado la emoción de ser de los primeros en pillar un programa de feria o de escuchar el pregón en el Altozano, la feria arranca con una larga (por la cantidad de carrozas y gente en las mismas) romería que va desde el parque Abelardo Sánchez hasta el recinto ferial. Mejor ir en ella (busca y hazte querer por amigos pertenecientes a una Peña) que aguantar a pie derecho toda su extensión. Ojo a los fuegos artificiales una vez terminada en la puerta de hierros; son de los más bonitos de todo el año.
- Entrar con el pie derecho en el recinto ferial. Tenemos cerrada la feria del 18 de septiembre al 7 del año siguiente. Hay que entrar por la Puerta de Hierros con el pie derecho. Da igual como lo hagas mientras no te caigas forzando la situación.
- Comprar un trocete de turrón. Nada más entrar, a la izquierda y a la derecha podrás adquirir uno de los productos únicos y originales de la Feria: turrón. Un turrón artesano que desde hace generaciones varias familias se encargan de vender en la feria. Habla con ellos, te contarán su historia y la de toda la feria. Merece la pena.
- El camarín de la virgen. En el pasillo central un balcón se erige majestuoso sobre los viandantes. Es el camarín, lugar de visita a la Virgen de los Llanos, patrona de Albacete.
- Las gambas. A la izquierda del circulo central, pasando los aseos y el ateneo, llega la zona de las gambas. A partir de la una de la tarde, cualquier día de feria (si puedes, evita los fines de semana) se concentra la gente para degustar un platico de gambas y unas cervezas. Luego ya nos liaremos con el estofado de toro, las judías con perdiz y demás…
- Los caballos. Una de las visitas más recomendadas a la hora de la caña (la 1 en adelante) es a la zona de las carpas de la feria. Especialmente a las de las Peñaas. Están a la izquierda del Recinto Ferial (donde está la Noria, no. En el otro lado). Allí, los amantes de los caballos de la comarca exhiben sus ejemplares y se exhiben en un momento delicioso. Si les preguntas alguno te dejará tocar el animal e incluso subirte a los carruajes.
- ¿Dónde comer en la Feria? A lo mejor la pregunta debe ser dónde no comer. Ojo, que también hay lugares donde se dan atracos y sin antifaz. Tanto la zona de la casa del pueblo, junto a los aseos, tanto la prolongación de la zonza de las gambas (Casa de Aragón, la Roja, bomberos, etc) suelen ser buenos sitios para comer a base de raciones o platos populares.
- Miguelitos. El postre por antonomasia de la Feria de Albacete; 1, sólo de La Roda – Al Moderna, Gaymon, Ruiz, etc. 2, Nada de aplastarlos; se comen tal cual sea de crema, chocolate o chocolate blanco (los centenarios no llegan a Albacete, has de viajar a la cuna para probarlos). 3, con un vasico de sidra entran mejor. Con dos también.
- Mojitos. Moda que llegó hace más de una década para instalarse en la feria. Busca junto a la zona de los Miguelitos (circulo central) el Mojilitro de miel. Merece la pena.
- Los toros. La plaza de toros de Albacete cumple 100 años siendo una de las más importantes y respetadas de su categoría en toda España. Buena feria taurina en la que sorprendentemente las entradas que más rápido se agotan son las de los días de rejones.
- Artesanos. Sin llegar a entrar en el recinto ferial, a la izquierda de la puerta de hierros se erige la llamada Feria de artesanía donde podrás adquirir productos hechos a mano e incluso conversar con sus autores. También en el círculo intermedio debes visitar los puestos de cuchillería; hacerse con una navaja de Albacete es su Feria es de obligado cumplimiento. Los albaceteños ferian y se ferian siempre alguna cosa para recordar durante todo el año que cada vez queda menos para la feria.
- La noria. Se divisa desde cualquier punto de la Feria y a todos vigila. Si quieres llegar a comprender todo lo que mueve la Feria de Albacete te recomendamos subir en horario nocturno a la noria. Podrás ver la muchedumbre, oír el estruendo de atracciones y conciertos y …sentir el más absoluto silencio. Todo en el mismo viaje. Memorable. Coge chaqueta porque arriba refresca.
- Conciertos y espectáculos. Erigida en torno a su antigua feria de ganado, la de Albacete ha visto pasar por sus entrañas a los artistas más relevantes del panorama nacional con conciertos y actuaciones formidables. Te recomendamos acudir al Teatro Circo y disfrutar de una joya histórica en el Centro de la ciudad como un completísimo programa de actividades.
- Fiesta nocturna; en las carpas alrededor de la feria (y en la zona de Amnistía, a la derecha del Camarín de la virgen pasando los aseos) se despliega la Feria más nocturna. Hasta el amanecer bailes, copas y encuentros para darlo todo. Mejor, sellar con unos churros en el paseo antes de dormir.
Bola extra: si quieres descubrir la feria de Albacete hay miles de huecos y rincones por todo el recinto y sus aledaños. Nosotros te recomendamos un lugar y un momento: la hora del almuerzo de un día cualquiera – mejor si es de diario – en los puestos de chorizos y morcillas. La feria de verdad es un bocadillo de chorizos, morcillas, salchichas, etc con pimientos y un tomatico partío a las diez y media de la mañana mientras los servicios de limpieza se afanan por limpiar los ecos de la noche anterior. Momento mágico donde la feria es un poquito más tuya y puedes pasear sin empujones y descubrir cómo se levanta para un nuevo día. Dios, ¡cómo huele a feria!